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Nueva Esperanza llega a casa por Navidad

Antonio Márquez | Jueves, 16 Diciembre 2010 ver noticia

Nueva casa-hermandad. La esperanza es lo último que se pierde, y además vive en calle Hilera; por su festividad los esperancistas percheleros se agolpan en su basílica. Los gitanos besan la mano a la O y los estudiantes la de Gracia y Esperanza. Pleitesía rinden los pastoreños en Capuchinos a la Patrona del Deporte y en el Asilo de los Ángeles los ancianos a su Refugio.

La esperanza es siempre nueva y en la ribera del Arroyo del Cuarto: Nueva Esperanza siempre. Este día la cofradía, que conquista y supera sus metas, estrena casa; conseguir casa en este barrio es algo que siempre ha costado más quebraderos de la cuenta. Valgan como ejemplos que para construir la actual casa-hermandad han hecho falta una docena de años y para atravesar el dintel de la casa de la Agrupación casi un lustro. Lejos queda el episodio, en el que Construcciones Nueva Esperanza S.L. estafó a los vecinos del barrio de Nueva Málaga; aquello fue un "Lehman Brothers" a la malagueña con sabor a horchata valenciana. Al final los vecinos repartieron el perdón entre la inmobiliaria y el Nazareno del barrio; y Nueva Esperanza lejos de perpetuarse como palabras malditas, pasaron a ser bendecidas por Dios, para que fueran paseadas por Málaga.

El estreno de la casa-hermandad no escapa a nadie, el Camino de los Castillejos es un bullebulle. Se espera incluso al Tato, la ocasión lo merece. Las campanas repican a gloria y serán ofrecidas a la parroquia. Anda que no van a tocar "na" las palmas esta Navidad San Joaquín y Santa Ana. La nueva casa es hogar de cofradía y de barrio. Por cierto el que añore el 'tinglao' que busque los hierros y conmigo que no cuente para los toldos.